IGUALIDAD DE GÉNERO

LA SITUACIÓN SURAMERICANA

Los países de América Latina y del Caribe han asumido importantes compromisos en materia de derechos de las mujeres. Todos han ratificado la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer y 14 también han ratificado su Protocolo Facultativo. El sistema interamericano de derechos humanos también incluye un poderoso instrumento regional para combatir la violencia contra las mujeres: la Convención de Belém do Pará. En línea con los acuerdos internacionales y la Plataforma de Acción de Beijing, y luego de muchos años de trabajo a favor de los movimientos de mujeres, varios países han decidido tomar medidas para promover la igualdad de género modificando sus constituciones, creando ministerios o institutos para la igualdad de género, reformando sus códigos civil y penal y el establecimiento de cuotas de género para los cargos políticos.

También es importante mencionar la existencia de una Agenda Regional de Género, que es el resultado del compromiso y trabajo conjunto de los gobiernos de América Latina y del Caribe para demostrar la voluntad política de impulsar proyectos, programas y políticas públicas para incrementar la igualdad entre mujeres y hombres, con la participación activa del movimiento feminista y de las mujeres, y con el apoyo del Sistema de Naciones Unidas. A pesar de ello, continúan persistiendo altos niveles de desigualdad y exclusión social, especialmente entre las mujeres pertenecientes a pueblos indígenas y la comunidad afrodescendiente.

La violencia, en todas sus formas, es una de las grandes cargas de América Latina y el Caribe. Actualmente, en la región se encuentran 14 de los 25 países con las tasas de feminicidio más altas del mundo. Los países con las tasas más altas por cada 100.000 habitantes son: Argentina, Bolivia, Brasil, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, República Dominicana y Uruguay. En 2021, al menos 4.473 mujeres fueron víctimas de feminicidio en 29 países de la región, según los últimos datos oficiales comunicados por los países al Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe (OIG) de la CEPAL. Esto significa que en la Región ocurren 12 muertes violentas de mujeres por día. Muchos de estos feminicidios son perpetrados por las parejas o exparejas de las víctimas.

En cuanto a las condiciones económicas y laborales de las mujeres, los datos nos dicen que, en media en la región, el 27,6% de las mujeres no tienen sus propios ingresos, frente al 11,2% de los hombres (fuente: CEPAL). Además, no existe una distribución equitativa del trabajo doméstico no remunerado en ningún país de la región. Mientras tanto, cada día las mujeres dedican tres veces más tiempo al trabajo doméstico no remunerado que los hombres. Esta desigualdad tiene un impacto directo en la autonomía de las mujeres, particularmente en términos de autonomía económica.
El acceso al mercado laboral está directamente relacionado con el acceso a la educación. En la región se han logrado avances significativos a nivel nacional en cuanto al acceso de las mujeres a la educación en todos los niveles del sistema educativo. Sin embargo, aún quedan muchos desafíos, como el pleno acceso a la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas.

En tema de ejercicio del poder y toma de decisiones, la participación de las mujeres sigue siendo limitada. En cuanto al ámbito parlamentario, si bien la presencia de mujeres se duplicó entre 2002 y 2021, al pasar de 15% a 34,9%, este porcentaje sigue siendo muy bajo (fuente: CEPAL).

La comunidad internacional reconoce que cuando se incluye a las mujeres en los procesos de toma de decisiones de construcción de paz y respuesta a crisis, ellas contribuyen significativamente a ampliar el alcance y el impacto de la ayuda humanitaria, acelerar la recuperación económica, promover la igualdad de género y prevenir la radicalización de los conflictos. En este sentido es importante mencionar la Agenda Women, Peace and Security (WPS) que reconoce el impacto de los conflictos armados en las mujeres y niñas y subraya la necesidad de su plena participación en los procesos de paz. La Agenda WPS se inició con la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que fue adoptada por unanimidad el 31 de octubre de 2000. El proceso de paz colombiano, a través de la Subcomisión de Género establecida en 2014, ha sido un ejemplo a nivel mundial de inclusión y participación de las mujeres, quienes han logrado incluir sus voces en la agenda de paz.

EL COMPROMISO DE AICS CON LA IGUALDAD DE GÉNERO

En todas sus iniciativas, la Oficina de AICS en Bogotá promueve la igualdad de género. Con el objetivo de contribuir al Objetivo de Desarrollo Sostenible número 5 de la Agenda 2030, la Cooperación Italiana en América del Sur apoya la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en diversos sectores, a través de la inclusión y la creación de oportunidades y favorece su participación en los procesos de desarrollo social, económico y político.

Entre las iniciativas en marcha que incluyen un componente de género, se destacan el Proyecto de Ayuda Humanitaria y Construcción de Paz en Colombia a través de la protección y promoción del rol de las mujeres y jóvenes en el Departamento del Valle del Cauca; el Programa de Asistencia Técnica para Políticas Públicas en el Sector Agropecuario en Colombia (DRET II), que apoyó la elaboración de un estudio sectorial sobre la economía del cuidado; y la Intervención en apoyo a los servicios de salud, psicosociales e iniciativas socioeconómicas para personas refugiadas y migrantes venezolanas, colombianos retornados y comunidad de acogida, que incluye un componente de apoyo psicosocial para prevenir y posibilitar una respuesta oportuna a las víctimas de violencia de género.