Una delegación de la AICS, compuesta por el titular de la oficina de La Paz Angelo Benincasa, la asistente técnica Serena Bernardin, la persona de contacto para el sector de Comunicación de la AICS en Roma Elisabetta Quartullo y la Representante de la ONG Progetto Mondo MLAL Anna Maria Alliod a quien se le encomienda la ejecución del proyecto “Restaurando la justicia: activando modelos innovadores en el campo de la justicia penal juvenil y la prevención de la delincuencia juvenil para la difusión de la cultura restaurativa” visitó Qalauma, un centro de reinserción social para jóvenes de 18 a 28 con deudas de ejecuciones.
El proyecto, financiado por AICS con 1.747.314 euros, con una duración de tres años (2017-20), pretende contribuir a la reinserción social de jóvenes que se encuentran con medidas judiciales de diversa índole, acompañándolos desde un punto de vista educativo y profesional, a lo largo del camino custodial y poscustodio. Los muchachos provienen de las zonas más degradadas y pobres de Bolivia y han sido culpables de delitos penales que van desde violación, consumo de drogas, robo y, en algunos casos, asesinato. Primero se ubican en un área de recepción según un sistema de ingreso progresivo y se dividen por factor de riesgo de reincidencia, luego de un examen psicológico y médico.
El instituto de Qalauma nació en 2005 con la necesidad de sacar a los niños de las cárceles bolivianas, pobladas por reclusos adultos y culpables de diversos delitos. Entre la multitud de donantes, también participó la Cooperación Italiana en su realización. A la fecha, Qalauma es considerado un modelo en el campo de la justicia restaurativa para las actividades de rehabilitación y reinserción social de los más de 300 jóvenes que acoge el instituto. 45 instituciones públicas y privadas (Bancos, Fundaciones, Asociaciones, instituciones públicas y religiosas) cooperan en las actividades del Qalauma. Dentro del centro hay 5 áreas. Para todas las áreas se facilita el acceso al centro educativo que expide, al finalizar el curso, una certificación útil para la reinserción de los jóvenes una vez obtenida la libertad.
La visita de la delegación de la AICS, acompañada por Renè Ponce, coordinador interino del proyecto socioeducativo y responsable del sector de arte y cultura, comenzó en la gran área central del instituto que alberga los diversos laboratorios y en particular la carpintería, donde 23 jóvenes, bajo la dirección del docente, trabajan tablas de madera, pino para ser exactos, para la construcción de literas que servirán para acomodar la cantidad de niños presentes en la estructura, que supera claramente lo previsto por el proyecto inicial. También hacen decoraciones artísticas, camas para perros y juegos para niños.
Seguimos en el taller de metalurgia, donde se trabaja el hierro para la elaboración de objetos artísticos como botelleros, jardineras, vitrocerámicas para la venta al aire libre. Luego vamos a la panadería, donde se elaboran las galletas con la diligencia y rapidez de una cadena de montaje. Las galletas, procesadas y cocidas, luego se recogen en bolsas grandes y se donan al gobierno que, sobre la base de un proyecto de subsidio, las suministra a las mujeres embarazadas. Desde la fábrica de galletas se ingresa a una pequeña sala con horno, donde 3 muchachos amasan la harina para la preparación de los sándwiches para la comunidad del instituto.
En el laboratorio de serigrafía se realizan las impresiones de los dibujos en las bolsas de tela que irán a parar a las empresas que se prestan para acoger a los jóvenes en la fase postpenitenciaria. Continuamos hacia la sastrería, donde se cosen sudaderas, delantales, bolsos de tela, también con la elaboración de nuevas creaciones para exportar al exterior.
Luego, se puede visitar el laboratorio artístico-cultural, con biblioteca y área editorial donde se elaboran diarios, agendas, se encuadernan libros a mano y se publican cuentos y cuentos escritos por jóvenes. Solo en este laboratorio se permite la asistencia de jóvenes de ambos sexos.
El último taller es el de elaboración del cuero, al que asisten únicamente chicas que, con la presencia de la docente y una guardia penitenciaria, aprenden a coser primero sobre sábanas de tela y luego pasan a las pieles. Camila y sus acompañantes muestran con entusiasmo a los invitados sus creaciones en piel, algunas de las cuales también son compradas por los presentes.
La visita permitió el contacto directo y el intercambio con los jóvenes y también escuchar algunos de sus testimonios. La visita finaliza con una mesa redonda de intercambio de opiniones e información con algunos profesores, educadores y voluntarios expertos en sociopsicología y rehabilitación.
AUTOR: Alfredo Eguino |
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