Rutas Territoriales, modelos que ponen a prueba políticas públicas para la transformación de la Colombia rural

Con la firma protocolaria de seis Apoyos Financieros a Organizaciones Sociales se formalizó en Bogotá el 17 de marzo 2022, el inicio de las ‘Rutas Territoriales’: una iniciativa conjunta entre la Unión Europea (UE), la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo (AICS) y la Agencia de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) que busca favorecer la reactivación económica y ambiental del campo colombiano, y promover que más mujeres y jóvenes sean protagonistas del desarrollo rural y sostenible en sus territorios.

La iniciativa se desarrolla en el marco del programa de Asistencia Técnica al Desarrollo Rural con Enfoque Territorial II (AT DRET II), que vincula a los tres organismos de cooperación internacional, poniendo al servicio de las comunidades a seis organizaciones sociales para contribuir al fortalecimiento de los territorios, potenciando su experiencia en procesos de desarrollo local sostenible y desarrollo rural, y activando el trabajo en red que fortalece las capacidades entre organizaciones de naturaleza diversa como lo son la academia, los consejos comunitarios, y las organizaciones de base y de carácter internacional.

Las ‘Rutas para la implementación de las políticas públicas bajo un enfoque territorial’ son un instrumento que facilita el diálogo técnico y estratégico entre Organizaciones de la Sociedad Civil y entidades del Gobierno, a través del ‘Apoyo Financiero a Terceros’, que está dirigido a fundaciones, asociaciones, entidades públicas, universidades y entidades privadas de carácter especial en el marco de la legislación colombiana (resguardos, asociaciones/organizaciones de pueblos indígenas o afrodescendientes).

Las seis Rutas Territoriales ejecutarán un total de 400.000 euros, durante los próximos ocho meses, en los departamentos de: Guaviare, Cauca, Valle del Cauca, Cundinamarca, La Guajira, Atlántico, Bolívar, Magdalena, Sucre y Córdoba.

En materia de desarrollo ambiental y sostenibilidad serán WWF Colombia, la Universidad Pontificia Bolivariana, el Acueducto Regional AGUASISO y la Fundación Sacha Llaqta quienes trabajarán por seguir impulsando la restauración y el uso sostenible de ecosistemas estratégicos, a través de diversos mecanismos como Contratos de Conservación Natural, los Negocios Verdes, la promoción de la Economía Circular y la implementación de esquemas de Pago por Servicios Ambientales.

Al mismo tiempo, la Agencia de Desarrollo Económico Local del Valle del Cauca (ADEL Brut) y la Fundación Alpina, serán las responsables de que los sectores rural y ambiental logren la articulación necesaria para que las mujeres y jóvenes del campo colombiano participen en la formulación e implementación de las políticas públicas sectoriales que les favorezcan, apostándole a una mayor eficiencia y pertinencia territorial.

Luca de Paoli, responsable de la oficina de la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo en Colombia, señala que “la participación de las Organizaciones Sociales durante el ciclo de formulación, ejecución y seguimiento a los marcos normativos de políticas públicas es fundamental, ya que participan no solo con la calidad técnica que les otorga su experiencia en las regiones, sino también con la legitimidad que les da el ser actores locales que conocen las necesidades y condiciones de sus territorios.  Creemos que se puede hacer política pública desde los territorios y que ésta puede ser más más pertinente en la medida en que se adecua a las necesidades y contextos que las regiones”.

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Desarrollo rural: el camino hacia la paz en Colombia

La economía rural juega un papel fundamental en el desarrollo del país, demostrando que tiene todo el potencial para garantizar la estabilidad en el contexto de posguerra.

La propiedad de la tierra es un tema tan importante en Colombia que se convirtió en el primer punto de discusión en las históricas conversaciones de paz celebradas en La Habana en 2016 entre el gobierno de Bogotá y el grupo guerrillero Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). El tema, discutido en el punto 1 de los acuerdos con la Reforma Rural Integral, que otorga especial importancia al acceso a la tierra, la activación productiva del medio rural y la reinserción socioeconómica de exguerrilleros y víctimas, antecede incluso al involucramiento de excombatientes en la vida política de Colombia y el tema del narcotráfico.

El campo colombiano fue el principal escenario del conflicto armado, pero también es el punto de apoyo hacia el cual la Cooperación Italiana, junto con las autoridades locales y socios internacionales, está dirigiendo sus esfuerzos para promover el desarrollo económico y social en el contexto de la posguerra. En este panorama, el campo y los campesinos colombianos tienen todo el potencial necesario para hacer de la agricultura el motor de la economía, de la paz y del logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), permitiendo el regreso de los millones de colombianos obligados a abandonar sus cultivos y huir de la violencia.

Italia ha sido y es un aliado fundamental en el desarrollo del sector rural en Colombia: presente en el país desde 2011, en los últimos años se ha comprometido a desarrollar una estrategia de asistencia al sector agropecuario y rural articulada en varias fases con los actores locales. La línea de intervenciones dirigidas al desarrollo agrícola y rural lanzada por Italia en el país está alineada con el Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022, adoptando un enfoque fuertemente territorial en línea con los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) del Gobierno e incluyendo un importante paquete de transferencia de conocimiento y saber hacer específico en el sector agrícola.

Una de las iniciativas que lleva a cabo el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural de Colombia, en colaboración con el Ministerio de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional y la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo (AICS), es “Agrocadenas – Alleanze público-privada para la consolidación de la paz”, que constituye una de las principales apuestas en materia de cooperación, en la búsqueda de la consolidación de la paz y el desarrollo equitativo del país.

Además, la Oficina de AICS en Bogotá sigue activamente y participa en todas las reuniones del Fondo Europeo para la Paz (siendo Italia uno de sus principales donantes), entre cuyos proyectos destacados se encuentra el proyecto PUEDES realizado en colaboración con la ONG italiana Cisp.

Finalmente, una iniciativa emblemática para el proceso de paz llevado a cabo con la FAO es el proyecto Mapiripán, realizado en el Departamento del Meta (zona tropical de Colombia), en una zona que se caracteriza por la violencia, por haber dejado una larga estela de víctimas, y con una población en situación de extrema vulnerabilidad. Precisamente por eso, el proyecto apunta a reconstruir el tejido social y fortalecer los procesos de participación y toma de decisiones a nivel comunitario, orientándolos hacia el buen manejo de los recursos naturales, la lucha contra el cambio climático, enfocándose en la participación de jóvenes y en la igualdad de género.

Aunque la pandemia está retrasando el logro de los ODS, la Cooperación Italiana está decidida a aumentar los esfuerzos y la coordinación con el gobierno y los socios internacionales para implementar la Agenda 2030, necesaria para el planeta y para las generaciones futuras, bajo el lema: “Adelante juntos por ¡un futuro mejor!».