Desarrollo rural: el camino hacia la paz en Colombia

La economía rural juega un papel fundamental en el desarrollo del país, demostrando que tiene todo el potencial para garantizar la estabilidad en el contexto de posguerra.

La propiedad de la tierra es un tema tan importante en Colombia que se convirtió en el primer punto de discusión en las históricas conversaciones de paz celebradas en La Habana en 2016 entre el gobierno de Bogotá y el grupo guerrillero Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). El tema, discutido en el punto 1 de los acuerdos con la Reforma Rural Integral, que otorga especial importancia al acceso a la tierra, la activación productiva del medio rural y la reinserción socioeconómica de exguerrilleros y víctimas, antecede incluso al involucramiento de excombatientes en la vida política de Colombia y el tema del narcotráfico.

El campo colombiano fue el principal escenario del conflicto armado, pero también es el punto de apoyo hacia el cual la Cooperación Italiana, junto con las autoridades locales y socios internacionales, está dirigiendo sus esfuerzos para promover el desarrollo económico y social en el contexto de la posguerra. En este panorama, el campo y los campesinos colombianos tienen todo el potencial necesario para hacer de la agricultura el motor de la economía, de la paz y del logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), permitiendo el regreso de los millones de colombianos obligados a abandonar sus cultivos y huir de la violencia.

Italia ha sido y es un aliado fundamental en el desarrollo del sector rural en Colombia: presente en el país desde 2011, en los últimos años se ha comprometido a desarrollar una estrategia de asistencia al sector agropecuario y rural articulada en varias fases con los actores locales. La línea de intervenciones dirigidas al desarrollo agrícola y rural lanzada por Italia en el país está alineada con el Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022, adoptando un enfoque fuertemente territorial en línea con los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) del Gobierno e incluyendo un importante paquete de transferencia de conocimiento y saber hacer específico en el sector agrícola.

Una de las iniciativas que lleva a cabo el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural de Colombia, en colaboración con el Ministerio de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional y la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo (AICS), es “Agrocadenas – Alleanze público-privada para la consolidación de la paz”, que constituye una de las principales apuestas en materia de cooperación, en la búsqueda de la consolidación de la paz y el desarrollo equitativo del país.

Además, la Oficina de AICS en Bogotá sigue activamente y participa en todas las reuniones del Fondo Europeo para la Paz (siendo Italia uno de sus principales donantes), entre cuyos proyectos destacados se encuentra el proyecto PUEDES realizado en colaboración con la ONG italiana Cisp.

Finalmente, una iniciativa emblemática para el proceso de paz llevado a cabo con la FAO es el proyecto Mapiripán, realizado en el Departamento del Meta (zona tropical de Colombia), en una zona que se caracteriza por la violencia, por haber dejado una larga estela de víctimas, y con una población en situación de extrema vulnerabilidad. Precisamente por eso, el proyecto apunta a reconstruir el tejido social y fortalecer los procesos de participación y toma de decisiones a nivel comunitario, orientándolos hacia el buen manejo de los recursos naturales, la lucha contra el cambio climático, enfocándose en la participación de jóvenes y en la igualdad de género.

Aunque la pandemia está retrasando el logro de los ODS, la Cooperación Italiana está decidida a aumentar los esfuerzos y la coordinación con el gobierno y los socios internacionales para implementar la Agenda 2030, necesaria para el planeta y para las generaciones futuras, bajo el lema: “Adelante juntos por ¡un futuro mejor!”.

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