Evento de cierre del proyecto “Mujeres rurales y política pública” con Fundación Alpina

La Fundación Alpina, en el marco del proyecto de Rutas Territoriales apoyado por el Programa DRET II y de la mano de la Dirección de Mujer Rural del Ministerio de Agricultura y las autoridades locales, organizó en Barrancas (La Guajira) el evento de cierre del proyecto “Mujeres rurales participando y apropiando efectivamente instrumentos de política del sector”, el cual tuvo incidencia en tres municipios de Cauca (Balboa, Mercaderes y Popayán) y en uno de La Guajira (Barrancas). Su objetivo principal fue mitigar las brechas de género a través de la formación de 142 mujeres en política pública y herramientas para que sepan cuáles son sus derechos en torno al acceso a tierras, a la asistencia técnica y al financiamiento.

Durante el evento se organizó un espacio de diálogo horizontal entre las mujeres del territorio e instituciones regionales como la ADR (Agencia de Desarrollo Rural), ICA, SENA, Agrosavia, Corporación regional, Banco Agrario y la alcaldía municipal. Además, se realizó una feria de emprendimientos e iniciativas productivas y una muestra cultural con bailes típicos de la región.

Giovanni Redondo, coordinador del proyecto desde Fundación Alpina, resaltó la participación cercana al 95% en los talleres de apropiación de políticas del sector, así como el papel que tuvieron la cooperación internacional, a través del programa DRET II, ya que estuvieron presentes en el territorio y atrajeron a entidades locales y nacionales: “esto no es común en los cooperantes, ya que casi siempre se limitan a financiar los proyectos”, afirmó.

Astrid Mosquera, una de las beneficiarias del proyecto, hizo énfasis en el proceso de apropiación que han tenido las mujeres de su territorio en cuanto a participación política: “Pensaba que el concepto de política pública era cuando la mujer se metía en la política. En este pueblito son muchos conocimientos los que nos faltan y en este momento nos sentimos autónomas, conociendo las instituciones que están a favor de las mujeres“.

Conozca otros testimonios de las mujeres beneficiarias de este proyecto en la sección de videos.

Inaugurazione

Inaugurada en Bogotá la nueva sede de AICS con responsabilidad regional para Sudamérica

El viernes 2 de diciembre de 2022 se llevó a cabo la ceremonia de inauguración de la nueva sede de AICS en Bogotá, con jurisdicción en toda la región sudamericana.

El acto de inauguración comenzó con el desenrollado de la cinta en las oficinas de la nueva sede en presencia del Director General de AICS, Luca Maestripieri, y la Embajadora Alicia Alejandra Alfaro Castillo, Directora de Asuntos Políticos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia. Posteriormente, la comitiva se trasladó a las salas del Museo del Chicó, donde se llevó a cabo el evento. En presencia de cerca de 80 invitados entre ONG italianas, Agencias de Naciones Unidas, Ministerios, Instituciones Territoriales y la Academia, los invitados fueron recibidos por las palabras de apertura del Embajador de Italia en Colombia, Gherardo Amaduzzi, quien elogió el trabajo realizado por AICS desde su llegada al país: “En estos seis años, Italia ha trazado y guiado con determinación los esfuerzos de los distintos gobiernos colombianos para crear un país más estable en su camino hacia la paz total”.

Posteriormente, Álvaro Calderón, Director de Cooperación Internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, definió la apertura de la oficina de AICS en Bogotá como “una buena noticia, porque confirma la relación de cooperación que existe entre Italia y Colombia”.
El director de la oficina regional de AICS en Bogotá, Mario Beccia, al agradecer el apoyo recibido en los últimos meses, afirmó que las directivas recibidas de Maestripieri, luego de la designación del director de la nueva oficina, “fueron muy claras desde el principio: garantizar la apertura , dinámica y moderna cooperación, que mantiene a Colombia en el centro”.
Finalmente, el Director General de AICS, Luca Maestripieri tomó la palabra para reiterar la fuerte presencia de la cooperación italiana en Colombia y en la región sudamericana, donde realiza aportes de 30 millones de euros y 170 millones de euros respectivamente, entre canales bilaterales y multilaterales y créditos de ayuda.

“Esta perspectiva regional es sin duda parte de la vocación e identidad de esta nueva sede de AICS, que fue creada con el doble objetivo de garantizar la continuidad a las excelentes experiencias que Italia ha tenido en otros países, así como promover la innovación en las herramientas y en las modalidades de cooperación que involucren en particular el sector privado, las finanzas innovadoras, los bancos de desarrollo y otras organizaciones internacionales”.

Inaugurazione

Inaugurazione

La misión del Director General, Luca Maestripieri, a la sede de la AICS en Bogotá también incluyó una serie de encuentros institucionales. En la conversación sostenida con el Director de Cooperación Internacional, Álvaro Calderón, se reafirmó la estrecha relación entre Italia y Colombia, destacando cómo Colombia sigue ofreciendo numerosos incentivos para las actividades de cooperación. Durante el encuentro con Luis Alberto Villegas, Viceministro de Agricultura, Maestripieri subrayó el compromiso de la cooperación italiana en el sector agrícola, especialmente en temas como la reconversión de los sistemas agrícolas, la innovación tecnológica y la comercialización de productos agrícolas.
En el encuentro con la Delegación de la Unión Europea se puso de manifiesto la sintonía de visiones existente entre la Cooperación Italiana y la Unión Europea, plasmadas en el Programa de Asistencia Técnica para políticas públicas en el sector agropecuario en Colombia – DRET II. También se planteó la posibilidad de futuras colaboraciones, en particular con NDC Forest y NDC Agrifood System y se colocó la importancia de la cooperación delegada como una herramienta de colaboración que también puede ser replicada en otros países de la región.
Finalmente, el Director General Luca Maestripieri se reunió con Mireille Girard, representante de ACNUR Colombia, principal socio de AICS Bogotá en la gestión del tema migratorio en la región sudamericana, con quien surgieron perspectivas y objetivos comunes en la respuesta a la crisis migratoria desde Venezuela.

Cancilleria

© Cancilleria

La misión de Maestripieri a la oficina de Bogotá continuó en el Departamento del Huila, ubicado al suroeste de la capital colombiana, donde tuvo la oportunidad de visitar el proyecto “Agricultura y turismo sostenible para la consolidación de la paz en Colombia – Paz Colombia”, financiado por AICS e implementado por la Organización Internacional Italo-Latinoamericana (IILA). En particular, pudo visitar las instalaciones del Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) de Colombia, importante aliado de la Agencia en el país, en Campoalegre y recorrer la Ruta Mágica del Café, iniciativa que promueve el turismo comunitario sostenible involucrando una serie de fincas productoras de café de la zona, donde conoció a los principales beneficiarios y las asociaciones de caficultores interesados.

Huila

Huila

En la perspectiva regional que caracteriza la nueva sede de AICS en Bogotá, la misión del director Maestripieri continuará con una visita de tres días a Quito, donde conoció algunas de las iniciativas financiadas por AICS en Ecuador.

Cecilia López, ministra de Agricultura, asistió al encuentro de la Red Parlamentaria para la Igualdad de Género de Parlaméricas

El encuentro número 14 de la Red Parlamentaria para la Igualdad de Género de Parlaméricas se llevó a cabo del 30 de noviembre al 2 de diciembre de 2022 en el Congreso de la República de Colombia. El evento se enfocó en plantear perspectivas legislativas para un crecimiento económico inclusivo, teniendo como eje la economía del cuidado. Desde el Programa DRET II se apoyó el encuentro, siguiendo uno de los ejes estratégicos del programa, que ha sido promover el acceso de las mujeres rurales a activos productivos e incentivar su participación en políticas públicas y otras instancias sectoriales de toma de decisiones.

De acuerdo con datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), en Colombia, el 93% de las mujeres rurales realizan actividades de trabajo no remunerado. Aunque representan el 48,2% de la población del campo, su tasa de ocupación es apenas del 30,6% y sus ingresos promedio son un 28,4% inferiores a los de los hombres rurales. Esta problemática está entre las prioridades del Ministerio de Agricultura, por lo que la ministra Cecilia López, por invitación del Programa DRET II, asistió al Encuentro, compartiendo su perspectiva sobre la importancia de la economía del cuidado en el conversatorio “Las dimensiones económicas del cuidado: mitos y realidades”.

El problema es que el cuidado no se reconoce como sector productivo. Llegó la hora de que estas actividades sean asumidas por el mercado, el Estado, las familias y las comunidades. No se trata de subsidiar, sino de darle la categoría que se merece, así habrá mayor oferta y demanda de mano de obra, lo que generará una masa salarial más grande, impuestos y aumento del PIB”, agregó la ministra de Agricultura.

En este sentido, desde la FAO se ha acompañado la actualización de la Ley 731 de mujer rural de 2002, trabajo que ha implicado retos en materia de voluntad política, inversión y, sobre todo, transversalización del enfoque de género en toda la política rural. Por otro lado, desde el DRET II se ha trabajado en esta dirección a través de la estrategia de Rutas Territoriales desde el proyecto “Mujeres rurales participando y apropiando efectivamente instrumentos de política del sector” implementado con la Fundación Alpina en territorios del Cauca y La Guajira.

3er Congreso de Investigación e Innovación Ambiental de la CAR: un espacio para hablar de los retos del cambio climático

Representantes del Programa DRET II y de las entidades que lo financian asistieron a este Congreso, organizado por la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), para hablar sobre los principales proyectos y estrategias que desde la cooperación internacional se están ejecutando en apoyo a la lucha contra el cambio climático.

Una de las temáticas principales fue la lucha contra el cambio climático. Para hablar sobre a visión de la Unión Europea sobre este tema, Tobias Biermann, agregado de Medio Ambiente, Clima y Empleo de la Delegación de la Unión Europea en Colombia, participó en el foro “¿Qué hacer para enfrentar el cambio climático?” y resaltó la importancia del Pacto Verde Europeo y la necesidad de incluir a más sectores en la estrategia: “el objetivo es trabajar juntos con todos los sectores, no solamente con energía y política. Todos deben reducir sus emisiones”. A su vez, se refirió al plan Fit for 55 de la UE, que propone un paquete de medidas y legislaciones para reducir las emisiones en al menos un 55% de aquí a 2030.

Por su parte, el director de AICS sede Bogotá, Mario Beccia, presentó los proyectos que vienen desarrollando a nivel territorial en materia de desarrollo rural y sostenibilidad ambiental, destacando los proyectos que se vienen realizando desde el programa DRET II: “Hemos desarrollado proyectos alrededor de la consolidación de la paz y la inclusión de pequeños productores rurales en departamentos como Cauca y Huila. Además, estamos en un proceso de fortalecimiento de políticas públicas en materia de desarrollo rural y medio ambiente, comercialización agrícola y mujer rural con el proyecto DRET II, que financiamos con Unión Europea y FAO”.

Furio Massolino, director del Programa DRET II, presentó la ponencia “Sistemas agroforestales y su importancia en la mitigación del Cambio Climático”, en la cual explicó los beneficios de estos tipos de sistemas para ayudar a adaptar los cultivos ante los eventos climáticos extremos como sequías y lluvias fuertes: “Los sistemas agroforestales son un excelente sistema de gestión del territorio especialmente en condiciones de suelos vulnerables a la degradación, además de permitir la diferenciación de los productos que se pueden obtener en una unidad de territorio, siendo una asociación de varios cultivos, lo que permite tener más fuentes de ingresos gracias a la diversificación de la producción y no depender de un monocultivo; en otros términos reducir la vulnerabilidad ligada a un monocultivo y utilizar toda la potencialidad del ecosistema, aumentando también la biodiversidad en el sistema productivo”.

El Congreso tuvo lugar en el centro de convenciones Ágora Bogotá, contó con la asistencia de 6.000 personas, 125 stands, 220 ponentes, 25 países invitados y 350 empresas aliadas.

Expo Agrofuturo: Transformando el campo para un futuro sostenible, inclusivo y en paz

La Unión Europea fue invitada de honor de Expoagrofuturo 2022, donde presentó catorce de los proyectos que desarrolla en el país con varios socios, bajo el lema “Transformando el campo para un futuro sostenible, inclusivo y en paz”. Entre estos proyectos estuvo el Programa DRET II, con un stand en el espacio conjunto diseñado para la Unión Europea en el pabellón 6 de Corferias en Bogotá.

El stand del DRET II se enfocó en dar visibilidad a los beneficiarios de los diferentes proyectos que se apoyan en articulación con el Ministerio de Agricultura y la Oficina de Negocios Verdes del Ministerio de Medio Ambiente. Así mismo, otros proyectos beneficiarios del DRET II como el de “Mujer Rural y políticas públicas”, perteneciente a la Ruta Territorial desarrollada con Fundación Alpina, también participaron en el stand conjunto, dándole visibilidad y protagonismo a las mujeres beneficiarias de este piloto, quienes tuvieron la oportunidad de exponer sus productos artesanales y compartir experiencias y testimonios en los conversatorios desarrollados en el marco de la agenda académica.

De hecho, desde el Programa DRET II se organizaron cuatro paneles académicos que tuvieron como foco recoger puntos de vista sobre los desafíos que enfrenta el sector rural ante los cambios estructurales que realizará el nuevo Gobierno: ‘Inclusión – El papel de la agricultura familiar, campesina y comunitaria, mujeres y jóvenes en el futuro del Agro’; ‘Innovación para economías verdes: ciencia y tecnología para el agro’; ‘Transición agroecológica y el papel de los sistemas agroalimentarios’ y ‘El agro y la construcción de la paz’.
En estos paneles participaron representantes de la Unión Europea, FAO y AICS, así como beneficiarios de los diferentes proyectos, académicos y funcionarios de los ministerios de Agricultura, Ambiente y sus agencias adscritas y vinculadas, los cuales pudieron socializar los resultados obtenidos gracias al trabajo en conjunto con el Programa y las entidades departamentales y municipales.

En el último día de Expoagrofuturo se llevó a cabo un desayuno de trabajo con presencia de la vicepresidenta, Francia Márquez, las ministras de Medio Ambiente y Agricultura, el ministro de Ciencia y Tecnología, el embajador Gilles Bertrand y once embajadores de los Estados miembros de la UE (Unión Europea). El mismo día, desde la Unión Europea se presentó el foro “Comercialización: desafíos y apuestas para el desarrollo rural”, el cual tuvo como objetivo generar propuestas para mejorar la construcción de políticas públicas, programas y proyectos que promuevan la sostenibilidad económica, social y ambiental para los pequeños y medianos productores, así como para la población en general.

En la Finca Potosí, un nuevo comienzo para las víctimas del conflicto colombiano

En Colombia, las minas antipersonal siguen cobrando víctimas entre la población civil. AICS colabora con OEA para apoyar a estas personas en su camino de rehabilitación física y psicológica. Al mismo tiempo, se está trabajando para ofrecer formación profesional y apoyar la implementación de microproyectos de emprendimiento.

Reinel se pone los guantes, toma una piña del montón, la lava en un balde grande de agua, le quita la cáscara con un cuchillo y comienza a cortarla en rodajas regulares aproximadamente de un centímetro de grosor. Esperanza lo ayuda y Jair los mira feliz. Los tres van enjaezados con un overol blanco que los cubre casi por completo y en el que deben sufrir terriblemente el bochornoso calor de la llanura tolimense, pero ninguno se queja. Estamos en Colombia, en Armero Guayabal, un pueblo que fue reconstruido desde sus cimientos tras la avalancha provocada por la erupción del volcán Nevado del Ruiz que en 1985 sumergió el antiguo pueblo.

AICMA-OEA

Reinel Barbosa y Jair Reina son dos sobrevivientes de accidentes con minas terrestres. En Colombia, las minas antipersonal han jugado y siguen jugando un papel protagónico en el que es el conflicto más largo del continente. Originalmente muy utilizadas por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC-EP) y por el Ejército de Liberación Nacional (ELN) para contrarrestar la superioridad armada del ejército nacional, gracias a su eficacia en términos de guerra y su facilidad tradicionales continúan siendo una forma de violencia empleada por los grupos armados ilegales. El flagelo de las minas antipersonal ha afectado a 31 de los 32 departamentos colombianos y de manera desproporcionada a las zonas rurales, donde se concentra el 99% de los accidentes y donde los servicios de salud son generalmente de difícil acceso. En consecuencia, además de generar consecuencias directas y visibles en los cuerpos de las víctimas, la presencia o sospecha de la presencia de minas altera los significados de un territorio y la relación de sus habitantes con él.

Desde 1990 han habido 12.229 víctimas de minas antipersonal y otros artefactos explosivos en el país. Los efectos de estos dispositivos son completamente indiscriminados, ya que son activados directamente por la víctima y que dicha activación también puede producirse con efecto retardado. El impacto causado por las minas antipersonal y los demás explosivos de guerra genera daños físicos, que pueden incluir amputaciones de miembros superiores e inferiores, deficiencias auditivas o visuales y daños en la piel causados ​​por astillas o quemaduras.

AICMA-OEA

La Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo (AICS) participa en el desminado y la asistencia a las víctimas de las minas antipersonal en Colombia desde 2018. Actualmente colabora con la Organización de los Estados Americanos (OEA), que a través del programa AICMA (Acción integral contra minas antipersonal), cuenta con casi 30 años de experiencia en una amplia gama de actividades relativas a las minas en los Estados miembros. En concreto, durante el último año, gracias a la financiación italiana, una treintena de supervivientes de accidentes provocados por minas antipersonal con amputaciones de miembros inferiores recibieron prótesis y siguieron un proceso de rehabilitación. También se apoyó la creación local de 60 dispositivos de protección para uso en muñones, los cuales serán distribuidos a precio subsidiado, facilitando así el acceso a este tipo de dispositivos que suelen ser importados y por lo tanto con costos muy altos y tiempos de entrega prolongados.

Además de las discapacidades físicas, el accidente de una mina antipersonal genera una serie de consecuencias psicológicas para las víctimas, que inevitablemente se ven obligadas a cambiar sus planes de vida y muchas veces también los de sus familias, que generalmente son quienes se encargan de los tratamientos y la asistencia. Por lo tanto, es esencial que los programas de apoyo a las víctimas incluyan un componente de integración socioeconómica. Por ello, AICMA-OEA, con el apoyo de AICS, ha creado una serie de seminarios para sobrevivientes en temas como emprendimiento y comercio, permitiéndoles adquirir conocimientos y generar nuevas oportunidades de ingresos para ellos, sus familias y las comunidades en las que viven.

AICMA-OEA

Al finalizar el proceso de capacitación, AICMA-OEA evaluó las ideas de negocios surgidas durante los seminarios y otorgó capital semilla y apoyo técnico a aquellas que se destacaron por tener mayores posibilidades de crecimiento y contribuir al bienestar de toda la comunidad. Entre ellas, la idea de Reinel y Jair, Un Manjar para su Paladar, que consiste en el procesamiento y comercialización de fruta deshidratada.

Cuando les preguntamos cómo surgió la idea de la fruta deshidratada, nos comentan que querían alargar la vida de la fruta que cultivan y que de lo contrario tendría un tiempo de consumo muy limitado. Sin embargo, al eliminar el agua contenida en los alimentos frescos, se abren nuevas grietas también desde el punto de vista de las exportaciones al exterior.

La microempresa está ubicada en la Finca Potosí, un terreno fértil de 149 hectáreas que perteneció a un narcotraficante y que en 2018 fue otorgado a veintidós familias víctimas del conflicto colombiano como parte del proceso de restitución de tierras bajo la Ley 1448 de las víctimas de 2011.

Mientras meten las rodajas de piña cortadas en el horno de secado, nos comentan que actualmente también secan y venden plátanos, mangos, fresas, pitahaya, manzanas, peras y guanábana, pero a futuro la idea es seguir produciendo otros tipos de fruta deshidratada y posicionarse en los mercados internacionales. Esta historia acaba de empezar.

La comunidad Sikuani, un pueblo que aporta a la construcción de la paz

“Mapiripán” en lenguas ancestrales significa canasta de pan. Este municipio, ubicado en el departamento del Meta, durante décadas vivió el conflicto armado. Pero hoy es un territorio lleno de oportunidades que le apuesta a la paz y que cuenta con una gran riqueza cultural.

En los cuatro núcleos del resguardo Caño Ovejas, gracias al proyecto Avanza Mapiripán de la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo (AICS), con el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y del Comité Internacional para el Desarrollo de los Pueblos (CISP), inició la siembra de 12 hectáreas de yuca brava, donde se espera producir 10 tonelada por hectárea.

Mingas para el progreso

Después de realizar el estudio y preparación de suelos, las 364 personas del resguardo se organizaron en jornadas comunitarias o mingas, para establecer sus conucos, es decir parcelas. Mujeres, hombres, niños y adolescentes se unieron para sembrar.

Una parte de la cosecha se consumirá internamente, mientras la otra parte se venderá. La Asociación de Autoridades Tradicionales Indígenas de Mapiripán (ASOTIMAPI), conformada con ayuda del proyecto, será responsable del proceso de comercialización. La mayoría de la cosecha será destinada a la transformación en casabe y mañoco, alimentos básicos y fundamentales del pueblo Sikuani.

Sikuani

Este pueblo es uno de los 87 pueblos indígenas reconocidos en Colombia, y pervive en la zona, aunque algunas familias fueron desplazadas entre los años 1997 y 1998. Desde nómadas que recorrían las grandes sabanas, selvas y ríos de los llanos orientales, debido a la llegada de colonos en los años Cincuenta, se vieron forzados al sedentarismo. En la actualidad, cada familia se dedica a la pesca y a la agricultura de subsistencia. Los Sikuani poseen un calendario que se basa en la observación de la naturaleza y de las estrellas, y de ahí se determina el momento de talar, cazar, sembrar o recolectar frutos. Por eso, las actividades desarrolladas en el marco del proyecto se realizan con respeto a la Madre Tierra.

 

Acciones por la preservación de las tradiciones Sikuani

El proyecto Avanza Mapiripán también apoya a la comunidad Sikuani del resguardo Caño Ovejas en la preservación de las tradiciones alimentarias con encuentros de memoria culinaria y promoción de la participación en eventos municipales con muestras artesanales y culinarias. Así mismo se acompaña a la comunidad en las celebraciones tradicionales y rituales.

Como nos explica Manuel Rodríguez, capitán del resguardo Sikuani Caño Ovejas, que durante 75 años ha sido testigo de los cambios sociales y de la lucha de su comunidad por el derecho ancestral al territorio: “Para nosotros la tierra es nuestra madre, es quien nos da el alimento y muchos más. Por eso la cuidamos y la defendemos”.

Sikuani

El Programa DRET II participó en la Feria Internacional de Café, Cacao y Agroturismo 2022 del Huila con proyectos de desarrollo rural sostenible

La segunda versión de la Feria Internacional de Café, Cacao y Agroturismo del Huila (FICCA 2022) recibió en Neiva a más de 20 mil visitantes que, durante tres días, disfrutaron de la oferta de productos expuestos en 120 stands, así como ruedas de negocios, subastas, campeonatos de baristas, talleres de cata y una agenda académica variada. 

Este evento, organizado por la Gobernación del Huila, la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) y Fomcultura Huila, nació con el objetivo de servir como vitrina comercial del departamento, el cual produce la mayor cantidad de café en el país, además de variedades de cacao especial.    

El Programa DRET II da la Unión Europea, AICS y la FAO, participó como sponsor oficial del evento a través de un stand y de un panel académico llamado “La cooperación Internacional y su impulso al corazón cafetero de Colombia”, en el cual participaron Furio Massolino, director del Programa DRET II; Diego Mora, representante asistente de FAO Colombia; Luca de Paoli, responsable técnico de AICS sede Bogotá y el secretario de agricultura del departamento, Dilberto Trujillo. El panel se centró en visibilizar el trabajo que el DRET II y las entidades que lo conforman vienen desarrollando en alianza con las autoridades del departamento Huila, apuntando a un desarrollo integral del campo, además de la sostenibilidad y modernización de cultivos como el café en el departamento. 

 La participación en FICCA 2022 también abrió las puertas a nuevos proyectos de AICS como Agrocadenas, que trabajará en el fortalecimiento de las cadenas agroproductivas de café y pasifloras en el departamento a través de la actualización tecnológica, el fortalecimiento de la comercialización y el empoderamiento de las asociaciones de productores mediante el cooperativismo y la alianza publico privadas. En total, este proyecto de la cooperación italiana beneficiará a más de 15 mil personas en los departamentos del Huila, Tolima y Arauca, y contará con un presupuesto de 11 millones de euros. 

Primer Encuentro de la Mesa de Empleabilidad y Emprendimiento Juvenil Rural (MEEJR)

Por primera vez en la historia, se llevó a cabo en Colombia el Encuentro Presencial de la Mesa de Empleo y Emprendimiento Juvenil Rural (MEEJR), una iniciativa que reunió a más de 80 organizaciones de diferentes regiones del país en la Universidad Libre, sede El Bosque, en Bogotá. El evento giró en torno a la necesidad de mejorar la calidad de vida de la población campesina y étnica, consolidar vías de incidencia en la política pública de juventud rural, así como recoger visiones del territorio en el marco de la estructuración del nuevo Plan Nacional de Desarrollo.

Durante el primer día, se realizaron conversatorios con presencia de funcionarios de Ministerio de Agricultura y Ministerio de Ambiente; la Agencia Nacional de Tierras (ANT); así como representantes del Programa DRET II y las entidades que lo componen, entre las cuales Sonia Tato, jefe adjunta de cooperación de la Delegación de la Unión Europea en Colombia y Luca de Paoli, responsable técnico de la AICS sede Bogotá.

El segundo día, estuvo dedicado a la feria de emprendimientos y negocios que se montó al interior de la Universidad con más de 20 stands donde los jóvenes participantes expusieron y vendieron variedad de productos y servicios; desde café, cacao, cocadas, pulseras y mochilas, hasta planes agroturísticos. El tercer y último día concluyó con una demostración artística de la corporación Casa de Colores y con espacios privados de talleres donde los integrantes de la Mesa acordaron los puntos generales a presentar para el Plan Nacional de Desarrollo.

Los jóvenes rurales de la MEEJR representan a 950 organizaciones de juventud rural campesina, étnica y diversa de los 32 departamentos del país. Este liderazgo nacional se consiguió a través del acompañamiento que se hizo desde el Programa DRET II, en estrecha articulación con la Dirección Nacional de Planeación (DNP). Gracias al trabajo realizado, los jóvenes rurales podrán trabajar activamente para incidir en el Plan Nacional de Desarrollo del nuevo Gobierno y adicionalmente, desde AICS se planea seguir acompañando el trabajo con los jóvenes rurales a través del Programa “Juventudes: el campo en movimiento”, el cual iniciará en el 2023.

 

Unidos, recicladores venezolanos y colombianos en la Costa Caribe de Colombia generan ingresos mientras conservan el medio ambiente

Anleidys, Víctor y Nairis encontraron en el reciclaje una forma de sostener económicamente a sus familias y aportar a sus comunidades en Barranquilla y Santa Marta

Para Nairis, no hay duda de que el reciclaje le salvó la vida. Después de dejar todo atrás en Venezuela para reiniciar su vida en Colombia, Nairis tuvo muchas dificultades para ganar lo mínimo necesario y sobrevivir en su ciudad de acogida, Barranquilla, ya que había llegado, junto con su hijo de 4 años, poco antes del inicio de la pandemia de COVID-19.

“Durante mucho tiempo no pudimos salir a las calles para trabajar porque había mucho riesgo de contagio”, recuerda Nairis, quien por suerte encontró cupo en un albergue apoyado por ACNUR, donde ella y su hijo permanecieron durante los meses inciertos del inicio de la pandemia. Cuando pudo aventurarse a salir a buscar un empleo, Nairis, quien había trabajado como ingeniera eléctrica en su natal Venezuela, no encontró otra forma de ganarse la vida que vendiendo cafés en la calle – un trabajo duro que muchas veces no le alcanzaba para cubrir sus necesidades.

Fue mientras salía a vender café que conoció a un grupo de recicladores, cuyo trabajo le parecía no solo más sostenible sino también más rentable que el suyo. Empezó a buscar cosas para reciclar, pero sola, le resultaba arriesgado.

“Viví muchas dificultades”, comparte. “Me encontré muchas cosas difíciles: riesgos físicos por el peso del material que llevaba, riesgos por un accidente de bus, riesgos por lluvias”.

© ACNUR/Daniela Camargo

Fue así cómo decidió unirse a un grupo de recicladores de la comunidad de Brisa del Río en Barranquilla, en su mayoría venezolanos como ella. Gracias a la labor del reciclaje, no solo encontró una pasión, sino que volvió a sentirse parte de una comunidad.

Nairis lleva ya un año dedicada a la recuperación ambiental a través de la reutilización de materiales desechados, asegurando un sustento digno a través de esta labor para ella y su hijo. Sin embargo, aunque trabajar en grupo les evita algunos riesgos, los recicladores se enfrentan a situaciones de explotación laboral: muchas veces las empresas que compran sus materiales no les pagan, o se tardan meses en hacerlo. Reconociendo estas dinámicas, Nairis empezó a liderar el proceso de protección de derechos dentro de su comunidad recicladora.

Gracias a donantes como la Agencia Italiana para el Desarrollo (AICS), la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y su socio, Pastoral Social, Nairis y su equipo de recuperadores ambientales reciben formación en habilidades blandas, orientación en derechos y dotación para contar con más herramientas para seguir con su trabajo, transformando, en condiciones de dignidad, cartón, vidrio, aluminio y hierro en artículos decorativos para el hogar, jardines y patios. Lo que ganan les permite tener mayor autonomía laboral y equilibrar los gastos del hogar, como la comida y el arriendo. Además de esto, Nairis ha recibido apoyo de ACNUR y Pastoral Social para involucrar a su hijo en actividades pedagógicas y recreativas mientras realiza su trabajo.

La contribución de los recicladores venezolanos en Colombia suele parecer invisible a la sociedad, ya que reina el desconocimiento sobre el desecho correcto de materiales sólidos y las personas también ignoran el papel fundamental del reciclaje. Pero los recicladores del grupo se definen como activistas por el medio ambiente y realzan el trabajo valioso que hacen a favor de toda la sociedad.

“Nosotros alargamos la vida del ecosistema de la tierra. Es decir, aportamos vida al planeta, porque cuando reciclamos, estamos haciendo que se procesen materiales en nuevos artículos”, explica Nairis.

Como ella, otros líderes ambientales en la Costa Caribe colombiana han sumado esfuerzos por esta causa. Víctor, un colombiano nacido en Santa Marta, también forma parte de un equipo de recuperadores ambientales que, con el apoyo de CESVI, participan en jornadas de siembra de árboles, limpieza del espacio público y procesos pedagógicos para enseñar a reciclar.

“Tanto el pueblo venezolano como los colombianos necesitamos tener conciencia de lo que valen los recursos naturales”, señala. “Tener conciencia para no afectar el ambiente. Creo que es importante dar un mensaje a la comunidad para que conozca más sobre los desechos sólidos porque muchas personas no saben cómo separar su basura”.

© ACNUR/Erick Galet

Junto con Víctor, trabaja Anleidys, una venezolana que lleva tres años viviendo en Santa Marta. Ella considera que educar a las personas representa una parte fundamental de su trabajo como recicladora.

“En una campaña que hicimos, de la mano de CESVI y ACNUR, fuimos casa por casa a explicarle a la gente con folletos cómo separar los residuos aprovechables y no aprovechables”, recuerda. “Quiero que pongamos un poco más de nuestra parte para el bienestar ambiental de la comunidad en la que vivimos”.

Anleidys, Víctor y Nairis son verdaderos héroes ambientales. Gracias a sus esfuerzos, los proyectos de dignificación laboral para el fortalecimiento de medios de vida a partir del reciclaje son un éxito.

 

* Los nombres de algunas personas fueron cambiados por motivos de protección.